jueves, 1 de noviembre de 2007

Falso Recoveco

Un requiebre al menos compasivo, pero ni uno, que en la vista de riqueza de los dones, se enmudezcan y se nieguen estos males. Mas es el signo de la voz que se pierde por negación del oído a escucharla. No se podría esperar más de quien siempre en cruzando un cielo se mantuvo a la distancia.

Ya no se descansarán como antes lo pudieron. Al menos ese será el consuelo vengativo que me inspiran. De ilusión y prendas convenidas serán mis venganzas indolentes. Pues en nada lacerarán sus carnes necias, ni su alma trastocarán las depresiones. Solo se justificará dicha vileza en un sentido, que siendo de a uno nunca será verdadero, pero eso solo me bastara.

Siempre será, como así se expone porque solo se aspira destilada de las muestras claras las acciones, un medio camino el recorrerlo. Sin alegres intercambios, sí, pero al mismo tiempo exento se hallará de nostálgica amargura. Pues de la llaga solo surgirá el líquido humor inanimado cuyo origen lo sería sus recuerdos.

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