viernes, 2 de noviembre de 2007

Lux Artemis


Hace mucho tiempo que no he vuelto a saber de ti. Contigo era fácil de suspenderme y separarme de lo que me rodeaba. Sí son los recuerdos que llenan los espacios vacíos de nuestras almas. Aunque el tiempo ha dado arraigo para que nunca sean desplazados por nada ni nadie. Es el tiempo también quien nos ha variado a ti y a mí, y si no lo notamos es porque las esencias no han cambiado lo suficiente como para confundirnos.
Antes fuiste muy inquisitiva en tus dudas. Lo recuerdo muy bien. También la vez en que te salvé la vida. Bueno, podría decirse que lo hice, porque aquella cadena que te martirizó por minutos que parecieron años yo te ayudé a componerla. Si no hubieras padecido los dolores que sofocaban a otroa a tu alrededor. No me siento salvador ni nada, más bien uno que el bien deseo alguna vez. Ahora no sé. Ni yo mismo sé en qué estado estoy, o hacia dónde voy...
No pretendo ser portador de mensajes de paz y alegrías, tampoco lo contrario. Solo traigo a tu memoria aquel lindo pasado que tuvimos por instantes juntos. Siendo a veces tú la única luz que en dos se dividiera si no en uno para ambos. Qué humana siempre fuiste para mí, tan real y cerca, con quien podía compartir mis esperanzas y calamidades, juntos, ¿recuerdas?
Cómo ha pasado el tiempo y desde la última vez que te vi no has dejado de ser tú misma. Qué incertidumbre me embarga ahora por desconocer tu actual estado. Y aunque solo sean unos meses de ausencia, supongo que no me has olvidado. Pero no le temo a eso, sino al sentimiento de quizás haber vivido en una esfera de poros carente.
Sospecho que no es muy cierto el que posea siete vidas, porque he sangrado y visto desvanecerse a muchos otros. No me preocupa tanto como ahora, en que has regresado a mi memoria como nostálgica brisa y es por ella que pude acercarme a ti ahora, con imágenes es cierto pero es lo que puedo ofrecerte a lo lejos y sin voz.

No hay comentarios: